La aventura comienza el 31 de diciembre de 2021 y hay muchas cosas por contar. ¿Empezamos?
Mi novia y yo comenzamos un recorrido de 3254 km por pueblos de España (y Andorra). Fueron 11 noches de las cuales solo nos duchamos 3 (ya leerán de todas las experiencias) y visitamos como 32 pueblos (seguro alguno más). Cosas que no olvidaremos: el eje pirenaico.
Partimos desde Cullera, dónde actualmente estoy viviendo, luego de haber ido el día anterior a buscar la van a Valencia. La cargamos de cosas, pero no tantas. Ya que al ser un espacio pequeño solo podíamos llevar cosas esenciales: toallas de culo. Enserio lo digo, no pueden empezar un viaje sin ellas.
Viajamos por la tarde para llegar a la noche a pasar nuestro fin de año en algún pueblito. La primera parada fue Alarcón. Entrabas por una entrada angosta, como si fuera el acceso a un castillo. Había muchos gatos, rubios y negros. Caminamos por calles antiguas y veíamos a mucha gente ir hacia un lado, que no sabemos cual era, nunca encontramos ese tal destino. Teníamos que ir al baño y pues, había una entrada a un hotel que era el antiguo castillo y era totalmente libre. Veíamos a lo lejos un cartel de baño, así que entramos al hotel y fuimos directo al baño. Salimos y fuimos rumbo a Cuenca, nuestro próximo destino.
Al ser de noche no se aprecia todo el ambiente y paisaje, pero igualmente es una forma distinta de ver los pueblos. Cada uno tiene una iluminación diferente que lo hace especial y místico. Personalmente recomiendo viajar de día por estos lugares ya que hay más cosas para ver y hacer, pero cuando se viaja pocos días siempre habrá lugares que tocarán en la noche, hay solo que saber elegirlos.
Llegamos a Cuenca y lo primero que hicimos fue equivocarnos, como buenas novatas. Queríamos subir a ver las casas colgantes (que era de noche obvio y no se veían pero pensábamos amanecer allí) y tomamos un camino contrario. Era una carretera un poco angosta (y digo poca porque cuando sigan el viaje conocerán lo que es una angosta de verdad) dónde era complicado dar la vuelta. Pero luego de unos kilómetros pudimos hacerlo. Cuando llegamos arriba, no sabíamos dónde aparcar, no había un lugar específico, sólo una calle cortada en bajada. Y bueno fue ahí dónde pasamos nuestro 31 sin saber que se veía alrededor nuestro pero intuíamos que era un paisaje hermoso. Cenamos pizza con cerveza que hicimos en nuestra hornalla. Estaba frío afuera y solo podíamos estar dentro, aunque para hacer pis salimos a la calle. No les conté pero teníamos un mini árbol de navidad que también nos acompañó. Para dormir teníamos que tapar toda la van con un aislante que se pegaba a los vidrios así no entraba tanto frío y tampoco nos veían de afuera.
Al otro día cuando nos levantamos, luego de desayunar, íbamos directo a unas lagunas. Pero vimos lo hermoso que era dónde estábamos y el puente que había que volvimos hacia atrás y nos quedamos a recorrer un poco.
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